LA CIENCIA Y LA MASONERÍA EN ESPAÑA
La institución masónica puede ser
catalogada como decidida partidaria de la Ciencia y de sus avances sin
ningún tipo de recelos. No podía ser de otro modo. Uno de los grandes
principios masónicos, grabados en el frontispicio de su edificio
filosófico, es el progreso de la humanidad. Consecuente con ello, todo
lo que suponga un avance social, una mejora material o espiritual del
común de los hombres, y la Ciencia proporciona multitud de ejemplos,
recibe los beneplácitos de la masonería. Con mayor o menor explicitud,
esas ideas pueden encontrarse en las declaraciones de principios y
textos básicos de las diversas Obediencias masónicas.
Junto a este interés
institucional de la masonería por la ciencia, encontramos otro dato
relevante: algunos de los científicos españoles han tenido vínculos
con la masonería. Sin intentar ofrecer un elenco exhaustivo, podemos
señalar la figura de Luis Simarro, iniciador de la psicología
científica en nuestro país, Santiago Ramón y Cajal, premio Nóbel de
medicina por sus trabajos sobre el sistema nervioso o Arturo Soria
urbanista y creador, entre otras cosas, de la Ciudad Lineal de Madrid.
También
cabe citar a Rafael García Álvarez, naturalista, catedrático de
Instituto de Granada y uno de los primeros darwinistas españoles;
Antonio Machado y Núñez, científico y catedrático de la Universidad de
Sevilla, abuelo de los Machados; Odón de Buen, creador de la
oceanografía, catedrático de Universidad de Barcelona; Tomás Bretón,
compositor, autor de la Verbena de la Paloma, o Luis Simarro,
catedrático de la Universidad Central, padre de la psicología
científica en España, entre otros. Las obras de García Álvarez y Odón
de Buen fueron condenadas por la Iglesia e incluidas en el índice de
Libros Prohibidos. A
algunos de estos científicos, la
masonería les ofrecía un espacio para el sereno intercambio de
opiniones, de convivencia con personas relevantes que cualquier
espíritu inteligente e inquieto podía aprovechar.
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Las logias
"Progreso" y "Hermanos de la esperanza" asisten a la delimitación
de linderos del futuro templo |
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Por ejemplo, Luis Simarro,
médico, catedrático de la Universidad Central, fue uno de los
iniciadores de la psicología científica en nuestro país. Fue un masón
relevante. En marzo de 1913, sus hermanos, en reconocimiento de sus
méritos, le eligieron Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de
Grado 33 del Grande Oriente Español, la obediencia masónica más
numerosa. Desempeñó sus funciones hasta 1919, en que fue nombrado Gran
Maestre, cargo que ejerció hasta su muerte en 1921.
Extractado de: J.
Ignacio Cruz, "Masonería, Librepensamiento, Ciencia y Educación", en
La Masonería Española (1728-1939). Exposición,
Alicante-Valencia, 1989, pp. 91-98.
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La logia
Acacia nº 4 del Puerto de la Cruz ejecuta el rito de colocación de
la primera piedra del futuro templo el 14 de abril de 1932 |
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